A veces pasa que una idea simple te cambia la forma de ver las cosas. Eso nos pasó con una campaña de Volkswagen. Nos pidieron algo fuera de lo común: montar WiFi en una lona publicitaria. Suena raro al principio, pero tenía todo el sentido.

La lona estaba en plena calle, grande, visible, pero querían algo más que miradas. Querían que la gente se conectara. Que no solo pasara de largo. Y ahí entramos nosotros. La idea era que cualquiera pudiera acceder a internet gratis solo por estar cerca. Así, sin más. Y sí, también veían un mensaje de la marca antes de conectarse. Muy bien pensado.

No fue cuestión de colgar un router y listo. Tuvimos que estudiar bien el lugar, cómo integrar los equipos sin arruinar el diseño, porque al final seguía siendo una lona publicitaria. Pero logramos montar una red que funcionó sin cortes. Estable, rápida, y segura.

Y la mejor parte: funcionó. Mucha gente se conectó, interactuó con la marca, y además pudimos medir todo: cuántos usuarios, cuánto tiempo, desde dónde… todo eso.

Hoy, el WiFi en lona publicitaria está empezando a verse más. Es una forma inteligente de transformar algo estático en algo útil. Porque cuando algo te da valor, lo recordás.

Fue una experiencia distinta, sí. Y al final, de esas que te dejan pensando: “¿por qué no se hace esto más seguido?”.